«La oración de petición va a la parejo que la aceptación de nuestro linde y de nuestra creaturalidad» Pablo exalta esta sublime condición de hijos que implica y se deriva de la fraternidad con Cristo, el hijo por excelencia, «primogénito entre muchos hermanos» (Romanos 8, 29) y de la intimidad con el Padre celestial que luego puede ser